1- Dominio de la península italiana (siglos V-III a C)
Roma dominó la península italiana tras dominar el Lacio, luchar contra galos y samnnitas y expulsar a los griegos de sus colonias del sur.
2- Guerras púnicas
En el siglo IV a. C., las dos ciudades más poderosas del Mediterráneo Occidental, Roma y Cártago, habían llegado a un acuerdo para respetarse mutuamente. Sin embargo, Roma rompió el pacto cuando decidió conquistar Sicilia. Fue la primera vez que intervenía en el mar y fuera de su península. La reacción llevó a las denominadas guerras púnicas.
La primera (264-241 a. C) terminó con la conquista romana de las islas de Sicilia, Córcega, Cerdeña y la Galia Cisalpina.
La segunda (218 a. C.- 201 a. C.) estalló por la destrucción de Sagunto por Aníbal, general cartaginés que después atravesó los Pirineos y los Alpes con elefantes. Finalmente fue vencido por los romanos en la batalla de Zama. Se extendió el escenario de batalla a la península Hispánica y el norte de África, así como a los reinos helenísticos.
La tercera guerra púnica (149-146 a. C.) demostró que Roma tenía capacidad de triunfo. Publio Cornelio Escipión destruyó definitivamente Cartago.
3- Dominio del Mediterráneo
Entre los siglos III y II a C logró el control del Mediterráneo occidental luchando en Hispania y la Galia, y entre los siglos II y I a C, el Mediterráneo Oriental al conquistar los reinos helenísticos de Macedonia, Grecia, Siria, Ponto y por último Egipto en el 30 a. C.)
El Imperio Romano dominó el Mediterráneo durante un largo periodo de tiempo, y aunque fue limitado por el río Rhin y los pueblos Germánicos en el norte de Europa, dominó el Norte de África y Oriente Medio. Incluso se expandió hasta la Bretaña.
El Imperio Romano dominó el Mediterráneo durante un largo periodo de tiempo, y aunque fue limitado por el río Rhin y los pueblos Germánicos en el norte de Europa, dominó el Norte de África y Oriente Medio. Incluso se expandió hasta la Bretaña.
